En
un pueblito escondido
en
las sierras cordobesas
pasé
algunas navidades
con
mi familia y
con
la gente del lugar
la
familia de esos días
Nos
reuníamos a las doce
tirábamos
globos aerostáticos
esos
de aire caliente
Subían
despacito
llevando
nuestros deseos
allá,
bien alto
Cada
familia, cada grupo de amigos
tenía
el suyo y siempre
salía
todo bien
Pero
hubo un año
en
que había sólo dos globos
los
compartimos
El
primero que soltamos
ni
bien se elevó se prendió fuego
y
cayó a unos metros
hecho
cenizas
El
ambiente se tensó
quedaba
una
única
oportunidad
Debatimos
un tiempo
los
mayores debatieron
que
quién lo tira
que
quién será el héroe
así
lo decían
Una
niña se me acercó
dale vamos Juan
pobres
estos adultos, ayudémoslos
Entre
los dos sostuvimos el globo
mientras
otro chico
soplaba
la pequeña llama
cariñosamente
Poco
a poco el globo se fue llenando de aire tibio
de
fuerza
quería
desprenderse de nuestras manos
Costó,
sí
costó
mucho que levante vuelo
pero
luego agarró viaje
y
todos, los poquitos que éramos
en
ese pueblo diminuto, todos
con
la mirada fija en el cielo
Hasta
que por fin el globo subió tanto
que
era imposible distinguirlo de las estrellas
entonces
aplaudimos
aplaudimos
como nunca
como
siempre