debo
haber perdido unos seis paraguas en toda mi vida quizás más
paraguas
míos o de mi vieja de mi hermano o de vaya a saber quién
incluso
perdí el paraguas de la madre de un amigo
pierdo
paraguas
creo
que pierdo paraguas desde que empecé a usarlos
digo
porque antes no usaba casi nunca usé o sea cuando era muy chico sí
seguramente
mi mamá tenía el suyo y yo estaba debajo o quizá tenía alguno
pequeño
recuerdo
una foto de niño con un paraguas rojo y unas guirnaldas en el cuello
pero
después cuando crecí más no usé paraguas
porque
no porque prefería mojarme y se volvió un acto casi religioso
me
parecía que estaban equivocados los que no se dejaban mojar
si
es agua si es agua decía y no había discurso de gripe que me
convenza
además
no me gustaba tener que cargarlo las manos ocupadas
y
después más grande ya adolescente leí algunos libros de castaneda
de
todo su misticismo lo que más rescaté fue que están buenas las
mochilas
que
son mejores que las valijas son más equilibradas el peso digo es más
equilibrado
aprendí
que hay que tener las manos libres
y
un paraguas no no te deja aunque sea de los que se hacen chiquitos
pero
bueno entonces muchos años sin paraguas hasta que cedí
vaya
uno a saber porqué creo que mi abuela me regaló uno para el
cumpleaños
nunca
me compré un paraguas siempre eran de otro o eran regalos
y
los perdía empecé a perderlos porque así tenía que ser los perdía
en
el colegio en el colectivo en la sala de espera en vaya a saber dónde
los
perdía porque siempre deja de llover y para qué cargarlo entonces
juan
tenés que tener un paraguas no podés salir con esta lluvia así
juan
te regalo uno juan comprate uno juan llevate el mío juan me perdiste
un paraguas otra vez
juan
juan no puede ser no seas absurdo ¿por qué te gusta ser absurdo?
¿no
ves que todo el mundo tiene paraguas? no seas tonto
¿en
serio no usás paraguas?
los
detesto y los pierdo los pierdo y claro de a poco me fueron aceptando
así mojado y absurdo
y
ahora ahora otra vez me llegó un paraguas otro paraguas de la madre
un amigo
una
madre hermosa que que no tengo palabras para decir nada
pero
crean que cuando digo hermosa digo hermosa digo ustedes créanme
una
madre hermosa que vio que llovía y me dio su paraguas
y
me dijo tranquilo me lo devolvés cuando quieras o se lo devolvés a
juancho
o
no no se lo devolvés a juancho así tenés la excusa para venir y te
cocino algo que te guste
¿qué
es lo que más te gusta?
y
me dio un abrazo gigante y me dijo igual de acá no te vas sin
desayunar
hay
que desayunar porque el desayuno es la comida más importante
y
haber cuando venís de vuelta en serio y me fui de la casa con el
paraguas contento
y
el tiempo pasó y claro lo perdí y me apené al darme cuenta después
y
el tiempo siguió pasando y me importó cada vez menos y un día
un
día de una tormenta de esas mi hermano me dio su paraguas incluso
creo que se lo pedí yo
un
paraguas de los chicos muy roto que se volaba con el viento
era
absurdo tenerlo porque todo el tiempo se daba vuelta no cumplía su
función
entonces
enojado furioso o no quizá muy relajado casi como en un acto zen lo
revoleé
quedó
ahí en alguna vereda de vaya a saber dónde
semanas
después en un rincón en la casa de un amiga sonreí mucho muchísimo
no
le expliqué a mi amiga porqué tanta sonrisa y era por el paraguas
el
paraguas de la madre de mi amigo que seguramente le había prestado a
ella
sí
se lo había prestado un día que se quedó en mi casa y lo vió y
llovía y obvio llevátelo
entonces
me fui de la casa de mi amiga con el paraguas que es un paraguas
hermoso y resistente
de
esos viejos con mango de madera con forma de garfio y es verde verde
inglés
y
cuando está cerrado tiene como en la punta algo de metal que si lo
usás de bastón hace ruidito
un
ruidito hermoso entonces me fui de la casa de mi amiga era un día
soleado
el
cielo era celeste de tanto sol y yo iba revoleando el paraguas por la
calle
cantando
sinatra esa canción y no sé no sé si a este paraguas lo voy a
perder